Construcción dialógica de la personalidad moral.
La educación moral se entiende como la construcción de la personalidad moral, como proceso de construcción o reconstrucción de conocimientos, valores y destrezas morales, y mediante el cual cada sujeto se implica en la construcción sociocultural de su personalidad moral.
La Educación Moral como socialización.
Se entiende que la educación moral se debe ajustar a los individuos a la colectividad a la que pertenecen. Se describe a la formación moral como un proceso en el que los sujetos reciben de la sociedad un determinado sistema de valores y normas, que se les impone con fuerza ajena a su conciencia o voluntad. Una entidad social superior a los individuos les impone a éstos, ejerce una ascendencia y una presión sobre ellos.
Las normas morales se definen como una obra colectiva que no contribuimos a elaborar, pero que recibimos y adoptamos en mayor o menor medida. La única tarea de cada sujeto en formación, es averiguar la naturaleza y la necesidad de las normas sociales, llegar a conocer nuestra razón de ser. Una vez descubierta la realidad de las normas sociales, el conformismo adaptativo se convierte en reconocimiento y aceptación de la necesidad de las normas sociales.
La moral tiene que ver con el cumplimiento de las normas sociales, pero construir un criterio propio, aún sin percibir que tales normas se pueden cambiar.
La educación moral como socialización reconoce la forma correcta de relacionarnos a la colectividad con quien tendremos las prácticas de moral.
Resulta difícil percibir los procesos de participación y cooperación que construyen o reconstruyen la colectividad.
La moral requiere autonomía de la personalidad. La educación moral considera imprescindible subrayar la vertiente crítica, creativa y autónoma de la moralidad.
La Educación Moral como clarificación de valores.
Algunos modelos educativos suponen que los conflictos de valor sólo pueden encararse acudiendo a una decisión subjetiva del individuo implicado en ellos.
Los conflictos morales deben resolverse con decisiones individuales, ya que no existe la posibilidad de encontrar soluciones universalmente aceptables, sólo podemos asumir la existencia de conflictos de valor reales.
Los valores son una realidad de la personalidad, la educación moral no parte de un sistema determinado de valores. Cada individuo debe discernir los valores que quiere hacer suyos de acuerdo a su criterio.
La educación moral pretende que cada persona tome conciencia de los valores que posee. Esto permitirá guiar la conducta personal de acuerdo a los propios deseos y valoraciones.
La Educación Moral como desarrollo.
Dewey considera que el objetivo de la educación es el crecimiento o desarrollo, tanto intelectual como moral. Piaget opinaba que la educación moral tiene como prioridad construir personalidades autónomas. Kohlberg considera que la finalidad básica de la educación moral es facilitar al alumno el progreso continuo de las formas de razonamiento moral.
La Educación Moral como formación de hábitos virtuosos.
Para considerar moral a un sujeto, es preciso que mantenga una línea de conducta honrada. Sin la formación de hábitos y sin la configuración del carácter no hay personalidad moral.
En algunos casos, la moralidad que debe obtener cada individuo se define de acuerdo a las normas y valores culturales e institucionales. Así, una persona moral es aquella que se ha adherido a las tradiciones y valores sociales y los ha convertido en un conjunto de virtudes personales.
La Educación Moral como construcción de la personalidad moral.
Entiende la educación moral como una tarea de enseñar a vivir en relación a personas que tienen necesidades, deseos, puntos de vista y ansias de felicidad diferentes.
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